Lucas Liveratore, nicoleño, tenía 34 años. La noche del 31 asistió a la fiesta electrónica de Punta Stage en Arroyo Seco; al día siguiente, fue encontrado por su tío, sin vida, en el departamento donde vivía sólo. Todo apunta a que habría consumido éxtasis, la misma droga que se llevó la vida de Giuliana, de 20 años, quien había asistido a la misma fiesta.
Desde el movimiento “Ni un Pibe Menos por la Droga” nos solidarizamos con su familia, y planteamos enérgicamente que el Estado es el gran responsable. Que el problema de la droga no es un problema de consumo individual sino de índole social, que en estos momentos golpea fuertemente a la juventud.
La droga –y en ellas no diferenciamos a las drogas “blandas” como la marihuana, de las “duras” como la cocaína- son en primer lugar un gran negocio. Negocio en el que el poder político tiene metidas las manos hasta el fondo. Del cual son cómplices los gobernantes, la policía, los jueces y los empresarios.
Es también un veneno que intoxica nuestros cuerpos, pero también nuestras mentes. Con la marihuana, la cocaína, el éxtasis, el paco, las clases dominantes buscan que la juventud, que es naturalmente rebelde, se duerma, se calle y no se organice para luchar. Y a esto lo hacen metiendo la idea de que la diversión sólo puede ser a través de su consumo.
Por todo esto es que celebramos la Ley de Emergencia en Adicciones, pero entendemos que no alcanza. Que es necesaria su implementación con urgencia y al mismo tiempo la profundización de medidas que combatan este flagelo:
- Centros de prevención y de tratamiento de las adicciones gratuitos, públicos y universales.
- Incremento del presupuesto para cultura, educación y deporte, levantando la bandera de NO A LA DROGA.
- Investigación a fondo y sin concesiones de todos los implicados en el negocio de la droga.
No somos ingenuos y sabemos que el poder político no va a ir a fondo con estas medidas, debido a su complicidad. Por eso convocamos a todos los sectores que quieran sumarse: clubes barriales, comisiones de barrio, partidos políticos, iglesias, escuelas, sindicatos, etc., a darle más amplitud a este movimiento y encarar una lucha profunda contra este veneno que afecta principalmente a la juventud.
NI UN PIBE MENOS POR LA DROGA - SAN NICOLÁS